Caminos de Agua
Caminos de Agua
Bajo Valdemoro existen una serie de cuevas con ramales, recovecos y vericuetos desconocidos por la mayoría de quienes, a diario, se mueven sobre ellas. Estas oquedades surcan nuestra Villa antigua, la que sobrevive a la explotación urbanística. Las construyeron los moros de antaño, aquellos entendidos en ingeniería agrónoma superior, técnica tan matemática como poética. Estas cuevas se conocen como “caminos de agua” y se sabe que podían recorrerse sobre ligera barca.
Sirvieron para captar y canalizar las abundantes y saludables aguas subterráneas de Valdemoro. Se usaron pozos y galerías subterráneas perforadas aplicando técnicas de origen oriental, por las que se conducía el agua desde un pozo madre, que la recogía desde las capas freáticas y tenía unos respiraderos o pozos de ventilación cada cierta distancia. Esta técnica la introdujeron los omeyas, califato que gobernó la España musulmana entre los años 929 y 1031. Sus arquitectos se servían de los zahoríes para detectar la localización de las aguas subterráneas.
Aparte de suministrar agua para las casas, estas cavidades también sirvieron después para albergar al solicitado vino de Valdemoro y darle su necesario reposo. Caldo muy apreciado durante el siglo XVII, así como las uvas de sus extensos viñedos hoy desaparecidos.
Lo soterrado, eso que se oculta para no ser visto o no se ve por estar ocultado, ha sido empleado siempre por los seres humanos. En situaciones difíciles y bélicas estos pasadizos bajo tierra cobijaron secretos, ampararon personas y escucharon palabras con voz de aire y a la luz de una vela. Hechas leyenda, muchas de sus frases se las llevó la corriente de sus limpias aguas, la brisa de lo efímero y no poca desidia heredera.
Muchos de estos surcos, horadados bajo el suelo por manos de hombres entendidos en el discurrir del agua clara, sobrevivieron al paso de los siglos y a la barbarie humana. Más o menos, llegaron en buenas condiciones hasta el último cuarto del siglo XX. Estos últimos decenios, los ancianos hemos tenido la mala fortuna de ver cómo se destruían buena parte de estos tesoros. Considerados así no por ñoñerías fuera de razón, sino por la Dirección General de Patrimonio Histórico, en la que están incluidas.
Para comprobar lo dicho y ver los entresijos que han llevado a esta situación, vamos a contemplar algunos hechos que sucedieron no hace mucho. Acontecimientos que, por orden cronológico, vienen a complementar los aparecidos en anteriores títulos de este Réquiem por Valdemoro. Cualquiera que mueva antes las neuronas que la lengua, comprobará que son pruebas legibles en hemerotecas y, si se abren bien ojos y oídos, en las mismas calles de Valdemoro.
El 3 de febrero de 1995, apareció en el diario El País un artículo titulado: “El PSOE y el PP llevan a los tribunales la política de Valdemoro”, y marcado con estas palabras: “La fiscalía de Madrid se ha convertido durante el último trimestre en el árbitro de los asuntos públicos en Valdemoro. El PP ha trasladado al fiscal diversos casos que a su juicio pueden demostrar irregularidades en la gestión del alcalde, el socialista José Huete.
En diciembre, el portavoz del PP en Valdemoro, Francisco Granados, presentó en la fiscalía documentos sobre la posible apropiación indebida por parte del alcalde de 20 millones de pesetas obtenidos por la venta de una finca a la empresa constructora Eydisa. Huete no ingresó el dinero, pese a los requerimientos del interventor en la caja municipal, porque dijo que había utilizado esa cantidad para pagar una deuda del Ayuntamiento con la empresa. El regidor se querelló contra Granados y contra el antiguo interventor, Ramiro Calatayud, al que acusa de robar y falsificar documentos.
El pasado enero, Huete acudió a declarar ante el fiscal por este asunto y se enteró de un nuevo caso contra él, esta vez relacionado con la empresa municipal de servicios Aserval. Según el PP, Huete y el concejal de Urbanismo, Antonio Serrano, perciben por asistir a las reuniones de Aserval, aparte de 20.000 pesetas en concepto de dietas, otras 100.000 por labores de gestión. Para los del PP es un claro ejemplo de sobresueldo, ya que son concejales liberados y sólo pueden cobrar un sueldo del Ayuntamiento. Según Serrano, se trata de una medida positiva que ahorra al pueblo tener que contratar un administrador para Aserval.
En el pleno del miércoles, los cuatro ediles del PP abandonaron el salón ante lo que consideraban una actitud dictatorial del alcalde a la hora de conceder la palabra. El pleno versaba sobre el Plan General de Ordenación Urbana, y en él Huete anunció una nueva demanda contra Granados por intromisión en el honor y otra contra el concejal popular Miguel Ángel Duque, quien acusó públicamente al regidor de pasar sus vacaciones con un conocido constructor.”
El día 8 de julio de 1995, el periódico El Mundo sacó este titular en sus páginas sobre Valdemoro: “No sometió al pleno el nombramiento de dos cargos. El alcalde comparecerá ante el juez acusado de un delito de prevaricación. El socialista José Huete, reelegido alcalde de Valdemoro gracias al pacto alcanzado con IU tras los pasados comicios municipales, será juzgado próximamente por un delito de prevaricación. La Audiencia Provincial ha acordado la apertura de juicio oral contra el primer edil por contratar en marzo de 1992, y por decreto, a dos cargos de confianza sin que la decisión fuera aprobada en pleno como determina la ley reguladora de la Administración Local.
Según este decreto, el regidor nombró a Julián Fernando Sánchez-Paus y a Enrique J. Gálvez, técnicos asesores jurídico y económico, respectivamente, de un gabinete de coordinación, estudio y asesoramiento determinándose un sueldo para cada uno de 4.438.000 pesetas brutas anuales. José Huete procedió a dar cuenta de la creación de estos puestos, así como el nombre de las personas que habían de cubrirlos en el pleno celebrado el 17 de ese mes. Pero no sometió al pleno su decisión.
Por este motivo, el abogado Enrique Sanz Martín presentó denuncia contra el alcalde el 23 de abril de 1993. En el escrito de acusación contra Huete, el letrado argumenta que los nombramientos y la creación de estos dos puestos de trabajo vienen a sustituir la función asesora que imperativamente la ley impone al secretario, y solicita para el inculpado la pena de ocho años y un día de inhabilitación, si bien el fiscal no ha apreciado delito penal.”
Ese mismo sábado, 8 julio 1995, El País encabezaba: “El alcalde de Valdemoro, procesado por prevaricación. El regidor de Valdemoro, el socialista José Huete, tendrá que pasar por el juzgado al haber descubierto la Audiencia Provincial de Madrid indicios de delito en su actuación. Concretamente, la Sección Cuarta de este tribunal ha acordado la apertura de juicio oral contra Huete por un presunto delito de prevaricación (realizar un acto injusto a sabiendas) al nombrar a dos cargos de confianza sin el preceptivo acuerdo del pleno del Ayuntamiento de Valdemoro.
Los hechos que serán juzgados se remontan al 1 de marzo de 1992, cuando el regidor nombró a un técnico asesor jurídico y otro económico. Mediante un decreto de alcaldía, ambos técnicos se incorporaron al gabinete de coordinación, estudio y asesoramiento, percibiendo de las arcas del Ayuntamiento un salario anual cercano a los cuatro millones y medio de pesetas.
Un abogado de la localidad, Enrique Sanz, tras conocer esta actuación, se querelló contra Huete por un presunto delito de prevaricación. A su juicio, el alcalde dio cuenta al pleno de la creación de estos puestos, pero sin someter al dictamen de la corporación las características y retribución de los mismos. El Código Penal prevé una pena para este tipo de delitos de entre 6 y 12 años de inhabilitación especial. En su denuncia, el querellante ha solicitado ocho años y un día de suspensión. Enrique Sanz ha enfatizado que su denuncia no se basa en intereses políticos, sino en la defensa de sus clientes, vecinos de Valdemoro, que se merecen una buena administración.
El alcalde ha rechazado realizar cualquier declaración, aunque fuentes próximas al Ejecutivo local han señalado que los servicios jurídicos del Ayuntamiento ya están trabajando para esclarecer el asunto.”
De la mano de Julián Morales, el diario El País nos mostraba el 24 enero 1996 este título y su contenido: “Desestimada una querella contra el alcalde de Valdemoro. La fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid ha desestimado la querella por apropiación indebida interpuesta contra el alcalde de Valdemoro, el socialista José Huete por el portavoz local del PP, Francisco Granados.
En noviembre de 1994 el portavoz del PP denunció que Huete no ingresó en la caja municipal 20 millones de pesetas obtenidos por la subasta de una parcela. Esta parcela fue concedida a la empresa Estructuras y Diseño, S.A. Según el alcalde, el consistorio tenía contraída una deuda por ese importe con la empresa que quedó compensada con el pago de la parcela. La fiscalía no ha visto indicios de delito en la actuación de Huete.
Por otro lado, el Juzgado de Instrucción número 26 de Madrid ha admitido a trámite, una querella del alcalde contra el portavoz popular y contra el antiguo interventor, Ramiro Calatayud, por injurias y calumnias en relación a este caso. Huete pide una multa para ambos de 30 millones de pesetas en concepto de responsabilidad civil. Granados ha señalado que se limitó a poner en conocimiento de la fiscalía unos hechos que podían ser constitutivos de delito.”
El País del 16 de abril de 1996 decía: “Tres familiares del alcalde de Valdemoro ganan una oposición. El Partido Popular de Valdemoro ha presentado una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por las supuestas irregularidades de los últimos exámenes de personal del Ayuntamiento de la localidad.
Según el PP, tres de las seis plazas concedidas fueron a parar a familiares del alcalde, el socialista José Huete, y otra a la mujer del portavoz de IU, Felipe Rodríguez, cuyo grupo apoya al gobierno local. Los exámenes se celebraron el pasado diciembre para cubrir puestos técnicos con categoría de funcionarios. La plaza de técnico de personal la obtuvo la actual compañera del alcalde; el puesto de jefe de archivo, una prima de Huete; el de directora de la residencia municipal, la mujer del portavoz de IU, y el de archivera, una cuñada de la pareja del alcalde – María Jesús López Portero –.
Todos ellos, excepto la nueva archivera, ya trabajaban para el Ayuntamiento. El alcalde ha reconocido que sus familiares aprobaron, pero en un concurso-oposición y por méritos propios, ya que llevan trabajando para este Ayuntamiento como personal laboral una media de siete años. Huete ha negado las acusaciones de nepotismo y alega que no participó en el tribunal.
A los exámenes se presentaron una media de diez personas por plaza y, mientras el PP asegura que tres aspirantes han presentado impugnaciones, el alcalde dice que no ha habido alegación alguna y que los funcionarios aprobados desempeñan su labor desde enero. El portavoz del PP, Francisco Granados, ha señalado que su grupo no duda de que las personas aprobadas sean las más aptas, pero dice que los exámenes se han realizado sin garantías de igualdad.
Granados añadió que su grupo hizo una impugnación interna desestimada por la comisión de gobierno y abandonó los tribunales de exámenes al recibir las preguntas ya hechas y sin precisar el nombre de quién las había confeccionado. Huete ha defendido la limpieza del tribunal, en el que había representantes del comité de empresa y de la Comunidad de Madrid, y asegura que nadie presentó quejas sobre el proceso de selección.”
El 5 de mayo 1999, El País publicó: “La comisión de ética del PSOE investiga al alcalde de Valdemoro. La comisión de ética del PSOE se reunió ayer para decidir el futuro político del actual alcalde de Valdemoro y candidato a la reelección, José Huete López. Huete, que lleva 16 años en la alcaldía y cuatro más como concejal, está siendo investigado por el incremento súbito de su patrimonio personal.
Algunas informaciones internas cifran el montante de sus adquisiciones recientes en 100 millones de pesetas (140 millones, en valor de mercado), una cantidad que el aludido niega de pleno. El caso de este munícipe está siendo objeto de estudio por parte tanto de la comisión de ética federal como de la regional. Sus respectivos presidentes, Tomás de la Quadra Salcedo y Elena Vázquez, ya se reunieron el lunes con sus averiguaciones sobre Huete, y ayer continuaron con el trabajo, según Servimedia.
Si decidieran apartar a su compañero de la vida pública, el candidato del PSOE para Valdemoro sería, previsiblemente, el actual edil de Urbanismo y número dos, Antonio Serrano. José Huete percibe como alcalde unos emolumentos anuales brutos de unos seis millones, según consta en la documentación que maneja la comisión. Consultado al respecto, el regidor señaló que también gana 100.000 pesetas por cada asistencia a los consejos de administración del Canal de Isabel II y 40.000 en las reuniones de la empresa pública municipal Aserval, que lleva año y medio de práctica inactividad. De estos ingresos hay que descontar una cierta cantidad en concepto de manutención de sus dos hijos, después de haberse divorciado hace cinco años.
El 8 mayo 1999, El País anunciaba el abandono de Huete: “El alcalde de Valdemoro renuncia al cargo tras investigarse su patrimonio. El socialista José Huete López, alcalde de Valdemoro desde 1983, ha tirado la toalla. El regidor anunció anoche que renuncia a encabezar la lista municipal del 13 de junio después de que la Comisión de Ética de su partido le haya estado investigando por el incremento súbito de su patrimonio. Huete aseguró que quería dedicarse ahora a defender su buen nombre y combatir las calumnias que se han vertido de la forma más cobarde.
Después de 20 años en la Corporación municipal (16 como alcalde, cuatro más en calidad de concejal), José Huete dice adiós a la política. El jueves, durante el pregón inaugural de las fiestas patronales, un sector del público congregado en la plaza le abucheó y pidió su dimisión, según testigos presenciales. Ayer decidió poner punto final a cuatro lustros de trayectoria pública.
Lo hace, según apuntó en una nota, para no seguir perjudicando más a su partido en Valdemoro, y después de haber acreditado el apoyo de la agrupación socialista local y de la Federación Socialista Madrileña (FSM), que ayer mismo había presentado la candidatura de Valdemoro ante la Junta Electoral de zona con Huete aún en el primer puesto de la lista. Huete se marcha después de que las comisiones de ética de su partido – tanto la federal como la regional, dirigidas por Tomás de la Quadra y Elena Vázquez – hubiesen investigado el presunto incremento de su patrimonio personal con pisos, locales, garajes y un BMW, por lo que ha trascendido.
Las pesquisas se han intensificado durante toda la semana, pese a lo cual el secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky, ha seguido confiando en su compañero. Un portavoz de la federación socialista admitió que el comité regional de listas tenía previsto refrendar hoy a Huete como número uno en Valdemoro.
Tras la renuncia, tendrá que ser el hasta ahora primer teniente de alcalde, Antonio Serrano, quien encabece el proyecto del PSOE en esta localidad sureña. Serrano ha cubierto dos legislaturas como portavoz municipal, concejal de Urbanismo y, desde 1998, director de la Oficina de Planeamiento Urbanístico.
Por otra parte, Fernando Morán, candidato socialista a la alcaldía de Madrid, dedicó ayer sus esfuerzos preelectorales a criticar la Operación Chamartín, a la que calificó como el paradigma de lo que no puede hacerse en la administración de una ciudad. Morán argumentó que una operación urbanística de tal envergadura (abarca 1,6 millones de metros cuadrados de superficie) haya sido confiada a un solo concesionario, Argentaria. El candidato visitó ayer el distrito y argumentó que una operación con 500.000 millones de pesetas de beneficios exigiría un control público a través de un consorcio integrado por el Ministerio de Fomento, la Comunidad y el Ayuntamiento.”
Y así iba la política en la Valdemoro de aquellos días, a tribunal iba y de tribunal venía, poco más o menos como hoy. José Huete López decidió abandonar este cargado albañal por las presuntas irregularidades vistas atrás y dedicarse a sus negocios familiares, cómo no, relacionados con la construcción.
Dada la situación, el sonado fracaso del PSOE en las elecciones de 1999 provocó también la marcha del anterior concejal de Urbanismo y nuevo aspirante a alcalde, Antonio Serrano, al PSOE de Aranjuez, para formar parte del equipo de gobierno de esta cercana Villa.
Por contra, y sin contar supuestas irregularidades de estas votaciones, el Partido Popular pasó de tener cuatro concejales a tener trece. Trece escaños de los veintiuno de nuestro Consistorio, que hasta el día de hoy, según pruebas y presuntas anomalías añadidas, les permiten gozar de una mayoría tan absoluta como disoluta.
Años después, la esencia de las cosas no ha cambiado un ápice. Tal vez los comités de ética de los partidos políticos, expertos en inmoralidades de autoridad, tengan la clave para cambiarla un día de éstos. Sin embargo, los platos rotos se siguen haciendo añicos en nuestra plaza de la Constitución, delante de nuestras narices. Entre cascotes y restos cortantes, todos se acusan entre sí y nadie se hace responsable de nada de hoy o de ayer.
Hartas, las víctimas se quejan en la calle, aprovechando las conversaciones vecinales y cercanas que se dan. También escriben cartas como penúltimo recurso para su malestar por el abuso de poder, sea cual sea su tinte.
Una de estas denuncias ciudadanas, al hilo de lo visto y salpicada por el babeo político que nos inunda, llegó a mi buzón de la calle Libertad el día 5 de febrero de 2007 diciendo esto: “Somos propietarios de una casa situada en la calle Alarcón de Valdemoro. Cuando a finales del año 2004 la empresa Curifra Obras y Promociones, propiedad del ex-alcalde José Huete López, compró una casa adyacente de la misma calle, no nos imaginábamos… lo que sucedería. Somos propietarios de una cueva, que pasa por parte del subsuelo y consta en escritura. Pero al señor Huete se le antojó hurgar en ella pese a las denuncias hechas por nosotros en los juzgados. Sus obras se metieron en nuestra cueva por un agujero que hizo y de los cien metros que tenía nos ha dejado diez. Se denunció este hecho también en el Ayuntamiento de Valdemoro y en la Dirección General de Patrimonio Histórico, quienes vinieron y paralizaron la obra.
A pesar de todo, se siguió construyendo. Un día llamamos a la policía local, los guardias vinieron, pero ningún obrero les abrió, siguieron trabajando. Cortaron la calle, pusieron contenedores, iban y venían camiones de esta obra y nadie los paraba. Así, con muchas denuncias puestas en los juzgados y muchos escritos enviados al Ayuntamiento, el señor Huete ha terminado unos apartamentos en la calle Alarcón.
Además de cambiar la forma original de esta cueva protegida por el Patrimonio, cosa que no podía hacer, este señor ha tabicado nuestra entrada y ha hecho trasteros. También nos ha cortado el paso a un patio, puesto también en escritura, ha sacado ventanas a él y nos ha colocado dos aparatos de aire acondicionado. No contento con todo esto, nos ha tirado forjados, paredes medianeras, se ha subido en nuestra propiedad y se ha apropiado de un pozo mancomunado.
Hemos denunciado muchas veces que esa obra no es de rehabilitación como consta en la licencia, sino de obra nueva. Tuvo que ser la Dirección General de Patrimonio Histórico la que paralizase la obra. Pero los apartamentos construidos, aunque no están legalizados, están terminados… Con posterioridad, José Huete compró otra casa de la calle Alarcón, casa que derrumbó sin tener licencia previa, la cual fue concedida posteriormente…
Hemos preguntado en el Ayuntamiento cómo es posible que Huete pueda hacer lo que quiera, pero no nos contestan. Sabemos que hay apartamentos vendidos y gente perjudicada, no entendemos por qué el Ayuntamiento deja que este señor campe a sus anchas, cuando somos varios vecinos los perjudicados. Tiene puestas muchas denuncias y cuando salgan las sentencias serán mas las personas perjudicadas. De todo esto tenemos documentación.
El jueves, día 1 de febrero de 2007, se derrumbó la fachada de las obras que realiza en la calle Nicasio Fraile. Esa obra tiene licencia como rehabilitación y ampliación de edificio, cuando no queda ni un ladrillo de lo antiguo. No ocurrió una desgracia porque en esos momentos no pasaba nadie. Hubo suerte.”
Zahoríes musulmanes detectaron energías vitales llevadas por el agua pura y fresca que recorría las profundidades del suelo que hoy pisamos. A la hora de construir un hogar, los arquitectos pensaban en orientarlo hacia el sur para aprovechar la luz del Sol y en la energía telúrica que manaba del lugar elegido gracias al trascendental líquido subterráneo.
Mucha sabiduría de antaño es tachada hoy de superchería. Sin embargo, gran engañifa es, por ejemplo, el actual caos urbanístico-político con enciclopedia ética de regalo. Sobrados de traiciones, trampas, acusaciones, desafectos y soberbias de todas las tallas, los mayores valdemoreños echamos de menos aquellos caminos de agua clara que recorrió nuestra mocedad, con un pozo madre que recogía moral fresca de las capas freáticas y unos respiraderos de cordialidad que ventilaban nuestros ánimos. Para, con voz de aire y a la luz de una vela, seguir llenando de hermosos valores el vacío de nuestros bisoños corazones.
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