Valdemoro Réquiem...

Bienvenidas sean, gentes de Valdemoro y de más allá de este bendito foro. Soy Baldomero Descartes. Nací en Valdemoro hace ochenta años y unos cuantos meses. Caí en medio de la Plaza de la Villa, la que hoy es de la Constitución. Quiso Dios que mi querida madre diera a luz allí mismo, hiciera anécdota y me trajera a este mundo lleno de tinieblas...

lunes, noviembre 20, 2006

El Cortocircuito

El Cortocircuito
Valdemoro amaneció envuelto por una densa nube de humo gris el lunes 23 de octubre. La calle Guardia Civil se llenó de bomberos, policía, responsables locales y gentes atraídas por la curiosidad. En un principio, la confusión llenó el ambiente y las noticias se sucedieron con detalles imprecisos y contradictorios.
Se sabía que habían ardido varios coches dentro de un aparcamiento domiciliario y que uno de ellos tenía relación con Francisco Granados, valdemoreño de apellidos ilustres, presidente de ARPEGIO – la “Inmobiliaria” de la Comunidad de Madrid – secretario del Partido Popular y consejero de Presidencia de nuestra Corporación Autónoma.
Muchas personas y familias del inmueble siniestrado tuvieron que ser desalojadas y padecieron las consecuencias del incendio. Por fortuna, pese al susto y sus trastornos, no hubo que lamentar desgracias personales. Ante las lógicas y cercanas preguntas de algunos vecinos que observaban en la calle, Francisco contestó que el incidente “tal vez se debía a un cortocircuito producido en los conmutadores eléctricos del estacionamiento”, cercanos a los vehículos.
Sin embargo, el extraño movimiento municipal de las horas siguientes hablaba de algo más serio y menos fortuito. El martes siguiente, día 24 de octubre, varios coches oficiales de porte oscuro y de la Guardia Civil estuvieron aparcados largo rato frente a la puerta de nuestro Consistorio. Además, varios varones trajeados pululando en sus cercanías añadieron más controversia e incertidumbre.
Las noticias se sucedieron durante los días siguientes en medios de información locales y nacionales. El 26 de octubre apareció en el diario Crónica de Madrid una gran foto del desastre y, debajo, un pequeño apunte que situaba a “Granados en el centro de la actualidad”, citando el continuo cruce de declaraciones mantenido con los socialistas. Los comentarios de Francisco hurgaban en la presunta trama urbanística del alcalde de Ciempozuelos, quien dimitió días atrás.
También se citaba: “El incendio en la casa de Granados podría ser provocado. La Guardia Civil considera posible que el incendio en el garaje de la vivienda del consejero de Presidencia, Francisco Granados, en Valdemoro, fuera intencionado. En la inspección ocular, los agentes han hallado indicios de que el fuego comenzó en el Mini de Granados”.
El mismo diario, en otra de sus páginas y por pluma de Nino Olmeda, metía en el mismo saco las supuestas irregularidades urbanísticas en Ciempozuelos, Tres Cantos y otros sitios, las aperturas de extrañas cuentas corrientes en Andorra, la quema del coche de Granados, la derecha madrileña como cómplice del golfeo ligado con el ladrillo especulativo mientras los vecinos padecen graves situaciones de salud, educación o vivienda, y los problemas de los guardias civiles con sus nóminas.
El viernes, 27 de octubre, el periódico La Voz de la Sagra publicaba un artículo cuyo titular anunciaba: “Granados, entre el incendio del Mini de su mujer y el caso Ciempozuelos”. Sus letras decían que el consejero despertó aquella madrugada sobresaltado ante la llamada de los bomberos a su puerta. El humo invadía su casa y no les dejaba respirar. Aseguraba que los informes policiales declaraban este incendio como provocado. En el lugar del incendio aparecieron, según los partes, líquidos inflamables.
Asimismo, tras el humo macilento dejado por el fuego, se dio a conocer que el coche del consejero valdemoreño estaba puesto a nombre de una constructora de Valdemoro. “Su político predilecto”, según el diario La Voz, se veía metido en otra posible trama urbanística. Granados contestaba a esta acusación que “la burocracia ha retrasado el cambio de titularidad del vehículo”.
La batalla política se acentuó cuando la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió al fiscal general del Estado y a los cuerpos y fuerzas de seguridad nacional que investigaran la posible relación de este hecho con el escándalo urbanístico que hizo dimitir al alcalde de Ciempozuelos.
Granados no respondía a las preguntas que le acusaban de implicación en trama urbanística, sólo comentó al periódico El País: “El pasado mes de julio, mi esposa compró un Mini Cooper en un establecimiento de Valdemoro y, a cambio, dejó un escarabajo. El hecho de que el vehículo esté aún a nombre de esa empresa se explica por el retraso burocrático en los trámites para la transferencia de titularidad”. Negó también que su esposa tuviera relación con la empresa constructora.
En el Foro Madrid, un acto del Partido Popular celebrado en Aranjuez, declaró: “Es más importante lo que voy a contar que lo que me han preguntado los medios de comunicación, y creo que le interesa a la gente. El domingo a las seis de la madrugada llamaron a mi puerta los bomberos, cuando abrí, ya no podíamos respirar, a mis hijas tuvimos que sacarlas con una toalla mojada para que pudieran respirar. Eso pasó con otras 150 familias. Esto pasa en una casa del sur de Valdemoro, no en un chalet. Ahora estamos viviendo con mi madre, pero hay otros vecinos que se han tenido que ir a vivir a hoteles. Quiero hacer esta reflexión y también decir a los vecinos que lo siento mucho y les pido perdón, ya que ellos son los que menos culpa tienen. Quiero también agradecer las llamadas de todos los alcaldes, de Gallardón, de Acebes, que se han preocupado y me han mostrado su apoyo. También la llamada de Rafael Simancas, aunque todavía desde el Partido Socialista no haya sido condenado este acto de violencia”.
El periódico semanal Información al Día publicaba datos muy semejantes a los vistos hasta ahora. Añadía el nombre de la empresa de la que era propiedad el vehículo ardido, la constructora Grandes Locales de Negocio, S.L., una de las principales constructoras en Valdemoro y vinculada al empresario Ramiro Cid. Esta empresa fue también la encargada de construir el edificio donde vivía Francisco Granados, situado en la calle Guardia Civil de Valdemoro.
A las diversas preguntas de los periodistas en el Foro Madrid del Partido Popular, esta publicación añadió que el hijo de Valdemoro respondía sin vacilar: “Mis hijas están bien, gracias”. Y que matizó en su discurso sobre los hechos acaecidos: “Mis hijas salieron en brazos, con una toalla húmeda en la cara, como muchos otros niños del edificio… Yo vivo con mi madre, y mi familia con mis suegros… Siento mucho lo que está ocurriendo, y que algún cabrito me haya quemado el coche… ”.
Además, tras recriminar a los socialistas que no condenaran el premeditado incendio de su vehículo, predijo que “en las próximas elecciones autonómicas, él y su partido, se llevarían por delante a Simancas, a Porta y a todos esos difamadores del Partido Socialista”.
Con este lío de corral, el gallinero político se alteró más de lo acostumbrado. Gallitos de granjas opuestas, cada uno a su linda manera, cacarearon el asunto por todos los medios informativos, tirándose ladrillos de sus innobles construcciones, tanto urbanísticas como morales. Eso sí, sin pararse mucho a pensar en que buena parte de ellos están implicados en la misma trama que utilizan para difamar a sus adversarios.
No por acusar gratis, sino para conocer bien todo el percal y sacarnos de tantas dudas, desde este humilde rincón invito a cualquier periodista que se precie de serlo, sin vocación de gallina mercenaria o clueca y con un par huevos al menos, a recopilar los permisos de obras concedidos por el Ayuntamiento de Valdemoro en los últimos diez años y aclarar su relación directa con familiares y allegados de sus cabecillas.
Así como a sacar a la luz todos los bienes inmuebles, coches y demás regalos donados por los empresarios beneficiados a nuestros directivos municipales. Y, para subir nota, a buscar posesiones de los mismos o de sus íntimos conocidos en la babilónica Marbella, donde algunas de estas empresas también han obtenido suntuosas ganancias.
No pocos valdemoreños conocen situaciones arregladas, desviadas, cambiadas u ocultadas por Francisco de un plumazo o con una sencilla llamada telefónica. Sabido esto, cuesta mucho creer que la burocracia haya retrasado el cambio de titularidad del vehículo siniestrado. Este comentario suyo no convence a quienes lo conocemos desde que gateaba en nuestra Plaza de la Constitución, a la puerta de su casa paterna.
Sin embargo, entendemos muy bien que, a estas alturas de corrupción general y de cercanas elecciones autonómicas, se intenten emplear todo tipo de tretas políticas para desacreditar a los adversarios y desviar la atención sobre la propia insensatez. E incluso que, haciendo uso de moralina y sensiblería de andar por casa, se utilicen de mala manera a los convecinos y a las propias hijas para remover el corazón de los posibles electores.
Sí, fue un cortocircuito el origen de este último desvarío. No cabe duda. Una avería política que ha ido arrastrando descontrolados cables de alta tensión social por nuestras íntimas cosas. Cosas llenas de casas y de casos extraños. El caso Marbella, el caso Tres Cantos, el caso Ciempozuelos, el caso Valdemoro...
Este caso nos es cercano, llama a nuestras puertas y ahuma nuestros hogares. Es producto de tantos años de desbarajuste por ampararse algunos de nuestros hijos, tan predilectos como pródigos, en la impunidad y la arbitrariedad legalizadas. Herederos iniciados en ideales de un poder desalmado, lleno de tramas y famas en verdad engañosas.